La señorita Ángela Páez se encontraba en ese momento asomada al a ventana de su casa el numero 29 entre Guanabano y Amadores y pudo ver el accidente. De acuerdo a su evidencia cuando José Gregorio vio que se le abalanzaba el automóvil, exclamo: "Inmaculado Santísima".

Hubo otra corta interrupción, pero esta tiempo sin apartarse del ámbito escolar, luego que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y Madrid para realizar estudios, quedando provisionalmente a cargo de sus cátedras el doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918, hasta su crimen.

Premeditadamente de esto, El Ucabista presenta 10 datos que es importante conocer sobre el «siervo de Jehová»:

Son muchos los que aseguran haber superado graves problemas de Salubridad gracias a su intervención divina.

«Se trataba de alguien con una sentencia de crimen anunciada, sin embargo que afectaba tanto su capacidad motora como intelectual en su vida cerebral», resaltó.

In the third year of his studies, José Gregorio suffered from typhus, and both he and his doctors thought his life was in danger.

Se estima que estas asignaciones pertenecientes a los programas de ayuda social tengan un incremento en su suscripción.

La Seguridad de JGH es transmitida por la clan. La mamá le comunicó el aprecio por Dios y las obras de misericordia, y su padre, sobre todo, el deseo de superarse para servir mejor a los demás; este sello familiar será el fundamento de su expansión humano Cristiano, hasta convertirse en un Cristiano ejemplar, que supo hacer vida su bautismo.

 Con la aprobación de un segundo prodigio, la persona puede convertirse oficialmente en santo y ser venerado en iglesias de todo el mundo.

De éstos aposentos no pueden salir los monjes sino cuando el Prior o el Experto de Novicios se lo pide. La josé gregorio hernandez comunicación está prohibida en todo momento pues hasta en los oficios religiosos deben permanecer con la apariencia disminución. Si precisan de poco, tienen que escribirlo en un papel y colocarlo en el torno de la celda en el cual se les colocan los escasos alimentos.

Su tumba en la iglesia de La Candelaria se convirtió en un sitio de peregrinación, donde miles de personas acuden con Certeza a pedirle favores y a devolver los milagros que le atribuyen.

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José Gregorio Hernández es una obra de arte, fruto de diversas sincronicidades y de su propia voluntad. Una persona de quien en vida se dijeron cosas como las que publicó en 1906 el Dr. Rafael Pino Pou cuando fue a internarse en el monasterio de La Cartuja: “…Y lloremos mucho, entre tanto, los que le quisimos con especial cariño; los que gozamos de su trato angelical; los que conocimos la blanca muselina de su alma; los que escuchamos de sus labios la augusta palabra de la ciencia, lo que no podremos consolarnos nunca…Lloren aún muchísimo, la sociedad caraqueña, las aulas universitarias, las glorias de la ciencia Doméstico, los Luceros de la País… ¡Nunca llorarán bastante!”.